No soy un gran lector como, por ejemplo, Antonio G. Turrión o mi amigo Braulio García Noriega, pero no puedo negar que le echo algunas horas diarias a la lectura, fundamentalmente de noche y los fines de semana. Lo que sí puedo afirmar es que soy un lector heterodoxo que no le hago asco a casi nada en un principio, pero que suelo tener muy claro a los cinco minutos de lectura si quiero seguir o abandono. Con el tiempo he llegado a la conclusión de que no me interesa nada la novela y muy poquito el cuento [apenas abro libros de estos palos], que me apasionan los diarios de escritores, que braceo sin demasiada soltura [pero con mucho ánimo] en la filosofía antigua y moderna, que me encantan los ensayos sobre Arte y que leo toda la poesía que cae en mis manos [la poesía tiene la ventaja de que se puede leer en tapitas o de tirón y, lo haga como lo haga, siempre logro encontrar intensidad lectora… me basta un receso en el trabajo para abrir un libro y leer un par de poemas].
Soy, por costumbre, lector de muchos libros a la vez, manteniendo siempre sobre mi mesa varios libros de relectura y algunos de lectura nueva.
Ahora ando enredado con ‘Cartas en torno a la conquista de Hispania’, un trabajo que me está gustando del colega Juan Carlos Aguilar; ‘Pulir huesos’, una antología que reúne a 23 poetas latinoamericanos seleccionados por Eduardo Milán; ‘Poemas puros. Poemillas de la ciudad’, de Dámaso Alonso; ‘Poesía árabe y poesía Europea’, de Ramón Menéndez Pidal y ‘Apócrifos’, de Ángel García López… estos como de nueva lectura. A ellos sumo mis diarios de cabecera, a los que suelo hacer referencia constante en estas páginas [Pavese, Diego Fernández Magdaleno, Alejandra Pizarnik, James Boswell]; ‘Verbalia’, de Marius Serra; ‘Aforismos’, de Leonardo da Vinci; un par de libros de Charles Bukowski, la poesía completa de Frank O’Hara, los dos libros de poemas de Abraham Gragera, ‘La caja de plata’ de Luis Alberto de Cuenca, la poesía completa de Ángel González, la de Mario Benedetti y la de Blanca Varela, el diario de José Luis Morante, ‘La camarera del cine Doré’, del amigo Carlos Martínez Aguirre y un par de libritos de Fernando Beltrán… Así está justo ahora mi mesa de trabajo [súmensele el diccionario de la RAE, el ‘Manual de Estilo’ de Martínez de Sousa, las obras completas de Nietzsche, las de Catulo, ‘¿Para qué sirve el Arte?’ de John Carey y ‘El arte de amar’ de Publio Ovidio Nasón].
Y así voy picando, cambiando libros de los estantes a la mesa y de la mesa a los estantes, leyendo y releyendo, buscando y rebuscando según me vienen poemas o versos a la memoria… Vamos, que como lector soy un purito picaflor.
Amigo/a anónimo/a, te dejo unas tomas de mi biblioteca 4ª y última. Espero que te sirva.
De FUMADORAS |
Me apetecía sin más dejarte un descubrimiento musical. Se llama Luciana Souza y lo demás te lo dejo a ti para que tenga algo de gracia. A mi me pasa lo mismo con la música...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=X4THL1sFioE
Pd: Espero que tengas suerte con lo de Jesús,(el tío se lo merece), y al menos os de para que pueda pasar de ser el porteador de palabras encadenadas, a enlace onírico de ilusiones y deseos musicales.
Una pena que hayas perdido interés por la novela ya que acabo de descubrirte, además de poeta… ¡como novelista!
ResponderEliminarMe has hecho pasar unas horas deliciosas leyendo "El tipo de las cuatro"; me he reído un montón. No sé si ésto supone un halago para ti; yo creo que hacer reír es mucho más meritorio que hacer llorar. Probablemente mientras tú lo escribías, no lo hacías con esa intención (¿hay que tener alguna intención para crear?), pero seguro que tú también lo pasaste muy bien.
El tipo que escribe sobre el tipo de las cuatro es ocurrente, ingenioso, se ríe del mundo entero y hasta de sí mismo, no tiene ningún pudor en mostrarnos sus más íntimos pensamientos, sus deseos, sus incertidumbres, sus manías.
La técnica narrativa es desde mi punto de vista, complicada, y está muy lograda. No hay caos en la trama. Consigues, sin un punto ni una coma, que se diferencien perfectamente unas frases de otras, que se perciban los giros y las dudas del narrador. El tipo que escribe sobre el tipo de las cuatro es… simplemente, genial.
Gracias por este regalo.
Guadalupe
Post.data.- Este agradecimiento debería estar manuscrito con bolígrafo Carioca, sobre una hoja cuadriculada de un bloc azul INRI.
Me sirve, descubro que te he pillado desprevenido y tienes un estudio más organizado de lo que pensaba, no eres tan caótico como aparentas, aun así gracias por descubrir una parcela intima de tu mundo.
ResponderEliminarMe pido la Stratocaster, el Habana Club y la "Smoking Girl"
ResponderEliminarBlogofago
¡Qué poeta tan responsable!
ResponderEliminarMe haces sentir culpable...
Yo que lo único que leo son novelas fívolas... (últimamente me ha dado por las policíacas)