Tan solo siento como mío lo que me late: el corazón que entre medio trota y galopa [según la hora] y todos los latidos que refleja en mi cuerpo, latidos clandestinos que hay que buscar en las muñecas o en el cuello para saberlos reloj o anacronismo; el cerebro, animal desatado que corre por su cuenta con excesiva frecuencia y me tiene viajando constantemente a mundos en los que soy mejor y peor, pero nunca igual al que ves; el sexo, que golpea o se esconde [según las condiciones del deseo o los cambios extremos de temperatura] y no tiene pudor en armarse en cualquier lugar y a la hora menos oportuna; los ojos, que se quieren comer todo el mundo visible a cada instante, y lo hacen con memoria y desenfreno; las manos, que apresan o acarician, que confinan dibujos y perpetran palabras, que saben penetrar y aprendieron hace tiempo a tocarme justo como me gusta… eso es todo lo mío, y no los objetos que poseo ni los que que quiero poseer, y no tu cuerpo, ni tu mirada, ni tu lengua repasándome, ni tu boca dispuesta, ni tu deseo.
Hoy salió el día frío y ha vuelto la jodida cistitis a enfocar mi entrepierna mientras flipo con los raros encargos que me hacen mis clientes [hoy me encargaron tunear un enorme globo publicitario, diseñar tres vidrieras para una capillita e imaginarme una oficina pública totalmente decorada a partir de un slogan y darle forma en el papel para que el cliente se haga una idea, diseñar una lápida para hacerla en piedra tallada y decorar un techo de medidas imposibles con una foto enorme], con la forma de ser de algunos cercanos que no son capaces ni de dar los buenos días si no median intereses a su favor, con un desconocido que me ha enviado una botella de Chivas Regal de siete años [el whisky me repele… o yo le repelo a él, que viene siendo lo mismo] y no sé por qué, con un perico [buena gente] que se ha montado una historia en la cabeza en la que yo soy el malo [sin tener nada que ver con lo que le ha sucedido, que estas cosas me pasan con frecuencia] y me ha retirado el saludo…
En fin, un día mágico y retruécano del que no sé si saldré bien parado a última hora… y sin noticias de Alberto, que ya es una putada ponderable.
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ES CHUNGA Y CORTÍSIMA LA CAPTURA DE VÍDEO DEL TELÉFONO DE MI HERMANA, PERO SIRVE PARA HACERSE UNA IDEA DE LA NOCHE ORTEGUITA.
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"Querido viejo f el joven, estoy disfrutando de Xi´an, por eso no te cuento nada. Salgo pronto del hotel y llego muy tarde. Las coferencias de la IAC son en inglés y yo no entiendo nada de nada, así que me dedico a pasear por la ciudad. Ayer fuimos a ver los guereros y hoy hemos hecho las compras necesarias. Mañana visitaremos una tumba con guerreros más pequeños. Pronto nos vemos y te cuento. Un abrazo."
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