Ir al contenido principal

Una de descartes.

Menina, de la serie "Metáforas del mundo"

Miro en mi cuaderno de apuntes para poemas y descubro de pronto todos los versos descartados en los últimos seis meses [que es el tiempo que hace desde que empecé con el cuadernito]... y me quedo anonadado de mis descartes, de todos esos versos tachados, y decido anotarlos para un posible uso.
También me percato de que casi todos los descartes son endecasílabos, toda una curiosidad... aquí os los dejo:

Hay un tráfico de ojos en las calles.

Soy una cinta virgen esta tarde.

El calendario es fiebre en mi escritorio.

Soy un buzón vacío. Nada espero.

La bombilla es lo triste de mi cuarto.

Quiero pensarte... pero comunicas.

Moscas en el cristal... muere la tarde.

Ya no paga alquiler el cuerpo al cuerpo.

Te miro y mis manos ahora son bolsillos.

Mi cenicero piensa que ya he muerto.

Come hígado, imbécil, come hígado.

Hoy le he pedido un préstamo al futuro.

Un vaso... el mundo... dos vacíos.

Mi niña, mi sazón, mi apocalipsis.

Tu laca y el ozono... ¿cuál me quedo?

Y me hago la fimosis en el dedo.

Me tomaré un yogur por si me amas.

No hay balas para pluma Mont Blanc nueva.

Me has dejado entre el paro y las farolas.

Todo se vende... menos este verso.

Peras de agua y tu pecho.

Macetas con geranios... muere el día.

Una mujer sin filtro vive adentro.

La mañana es lesbiana y hay un muerto.

La textura del semen en tus piernas.

Túmbate en la terraza mientras friego.

Dios es fluorescente y yo imbécil.

Como planchar camisas los domingos.

Comentarios

  1. "Túmbate en la terraza mientras friego"

    Esta frase me la quedo para gozarla sola.

    ResponderEliminar
  2. Yo no descartaría nada, pero es verdad, no todo lo que escribimos tiene sentido o está bien escrito. Pero, a lo mejor, como ocurre muchas veces, no sea el momento de la oración, del verso, del texto y necesite macerar en las sombras, esperando su momento.

    Rescato de todos tus descartes estas perlitas:

    Hoy le he pedido un préstamo al futuro.
    La mañana es lesbiana y hay un muerto.
    Como planchar camisas los domingos.

    Un saludo.

    HologramaBlanco

    ResponderEliminar
  3. Curiosamente es la frase que más me había llamado la atención: "Túmbate en la terraza mientras friego". Ahí hay poesía. Y buena.

    ResponderEliminar
  4. "Tú me llamas amor, yo cojo un taxi"

    ResponderEliminar
  5. ¿Puedo usar uno de tus versos descartados en mi web?

    (ese de "un vaso... el mundo... dos vacíos.")


    Un saludo desde Mérida :)

    ResponderEliminar
  6. Yo me quedaría con:
    "Quiero pensanrte...pero comunicas"

    Pero..."Todo se vende...menos este verso.

    !Lástima!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj