Con mi encantadora sobrinilla Estela. |
El año termina acelerando con sucesos constantes que lo contrastan todo, reencuentros y despedidas, sorpresas y agriones... todo empezó el día veinticuatro con el horno jodido y la lavadora haciendo extraños ruidos en el previo al centrifugado... luego mi padre fue a arreglar un enchufe y, al martillear la pared, se le cayó encima un cuadro de Alberto Hernández [el de mayor tamaño que tengo en casa, un cuadro hermoso con armazón de hierro que posiblemente supere los setenta kilos de peso] con el resultado de un hombro dolorido y la mano magullada [no cuento que el cuadro se ha destrozado y me ha dejado como huérfano... pero no de padre, porque no atinó a darle en la cabeza a mi querido progenitor]... Reynaldo Lugo que se presentó como si nada con su segunda novela y me ha dejado boquiabierto con una historia que perfectamente podría fajarse en un premio de los gordos y ganarlo [una grata sorpresa que también me deja algo de pelusa por el buen hacer literario de este cubano amigo]... y mi sobrinilla Estela que vino de UK y solo he podido verla diez minutos para que me dejase un montón de material collagero que me ha traído de la Albión pérfida y despedirnos [por lo menos nos hicimos una foto juntos, que no teníamos]... y Diego F Magdaleno que me llamó para decirme que mañana vendrá a visitarme para ver mi expo y pillar algún cuadro... y mi Morantón, que me llamó para contarme que le gusta mucho mis “Dientes de leche”... y la inspectora de trabajo R. P., que me llamó para pasarme inspección telefónica [?] y me dio un buen repaso [que me dejó sin comer de la mala hostia que me puso el asunto]...
Lo dicho, que el año está de sprint y ya me está acojonando. Gracias a Valpurgis que voy siendo un tipo mayorzote y sé consumir con paciencia mis dosis de calma... que al final todo son cosas menores comparadas con la inexorabilidad cabrona que pende sobre nuestras cabezas.
Te deseo lo mejor para este 2011 que ya va a comenzar y siempre. Que lleguen a buen puerto tus nuevos proyectos, que la empresa mejore, que tus hijos sigan creciendo y cosechando premios, que tu exposición sea un éxito, que las becas sigan funcionando, que todo funcione. Biquiños,
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