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Pinzado y con la mirada algo abstracta.



Vuelvo a estar pinzado, que estos cambios radicales del tiempo me dejan físicamente descolocado y quebradino, pero no pasa nada, ya sé que son un par de días cojeros y adelante.
La semana fue entre pimpona y flush, con cien colores raros en su paleta y un montón de altibajos físicos y mentales (también económicos, por qué no decirlo)... algo de trabajo manual, tiempo de nada, presión, dibujos, salidas foteras, asistencia y desasistencia a un par de malos rollos y hasta peliculilla electorala... todo, como digo, para acabar pinzadito de fin de semana, leyendo a García Montero y a Cilleruelo como mejor opción... bueno, también vi un poquito del primer duelo Barça/Madrid para cabrearme con el árbitro y sacar mi sobrante adrenalínico con los excesos de ese Pepe pasadito de vueltas al que le dejan hacer lo que le dé la gana... pero esto son tonterías de lo ocioso, bobadas que no van a parte alguna y que alimentan la tontuna general de los aplastados por el capital... que al final el B y el M terminan siendo dos caras iguales de la misma moneda de oro y oro.
Así que me trufé de tabaco y aguanté el paso de los primeros tamboriles semanasanteros con estoicismo y acurrucadino en mi estudio... que esas tradiciones kukuxklanas me dan casi tanto miedo como los payasos o los hijos... y zoroleé y zoroleí para no mirar la tele ni escuchar las noticias, ésas que ahora hablan de un Aznarín que defiende a Gadafi y jura que España no podrá pagar su deuda [este tío es imbécil, coño, además de un goloso de dólares al que le encanta el mamoneo en inglés y el figurar como sea... lo repito: pedazo de imbécil]. Y que luego me toreé con mis dos hijos varones un paseo al detritus que aquí lleva el nombre “La Thesa”, una fábrica textil abandonada y en franco deterioro por la falta de cuidado de sus actuales propietarios [creo que pertenece a Caja Duero], con lo que se podía hacer en ese espacio enorme, que mil cosas alrededor del mundo del arte, la cultura y la formación se me ocurren... y había jeringas, bastantes, entre los montones estéticos de escombros, y eso me jode un punto... y que le dimos al foteo... y que os dejo algunas tomas del evento.















En el blog de mi hijo Guillermo podréis ver otro punto de vista del mismo paseo fotográfico.

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