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Sobre el valor icónico de la palabra.

Dejo a Michael Johnson y a su esposa, Sarah Ford, en su librería/papelería de Lichfield, ambos sobrenadados en su sensación de ‘lúgubre desdicha’, y los dejo como con pena, pues el texto de Boswell envenena y casi obliga. Los dejo para mirar a mi hijo Guillermo sin dos dientes ya y con sus nuevas gafas negras de ‘Adolfo Domínguez’. Está pletórico, vital, precioso… crece en todo cada día y me roba sonrisas constantemente con sus multiplicaciones de tres cifras y ese contar con los dedos a hurtadillas mientras mira al cielo raso del salón de casa como buscando mágicos resultados.
La noche electoral, cuando llegué a casa de celebrar en la Agrupación Socialista Bejarana el tan esperado triunfo, me había dejado un folio sobre la banqueta del recibidor con el dibujo de un coche en el que se podía leer claramente: “PSOE CAMPEÓN˝. Le encanta sorprenderme con dibujos referentes a cosas que me agradan, y lo hace constantemente.
La vida es para apreciar estas pequeñas cosas e irlas amontonando junto a los grandes y graves sucesos con el fin de que aminoren su carga de responsabilidad sobre mis hombros de mero espectador.
Hoy, por ejemplo, el día ha sido gaseoso. Mi jornada laboral ha discurrido entera frente al tren de encuadernación por cola caliente que tenemos en la imprenta. El trabajo es tan tedioso como los demás, pero con un imponderable que lo hace agotador y nocivo: los gases que emana la cola a más de doscientos grados van minando al que maneja hasta dejarlo medio lelo. Los síntomas: picor de garganta, ojos irritados, sudor constante y hasta leves mareos que obligan a salir a la calle buscando inhalar unas bocanadas de aire limpio. Para realizar este trabajo cuento con defensas obligadas por la administración que no me pongo porque todo se hace mucho peor, menos soportable.
Hoy, para intentar evadirme de las jodidas ocho horas de veneno constante, me impuse pensar en palabras lúbricas, sensuales… y salieron muchas a la par que los libros iban amontonándose, calientes, en el depósito de trabajo rematado… Muslos, senos, calidez, lábil, vulva, violín, velo, cinta, calada, malva, lengua, labios, melindres, limones, melena, nuca, calla, delicado, corza, cabello, cuello, torso, nalgas, mejillas, llanto, brisa, vientre, pubis, blanda, blusa, falda, mohín, blonda, espalda… y de pronto recordé la primera vez que ante mis ojos asombrados [fue en el centro de Madrid] se mostró sin querer parte del tanga negro de una chica que caminaba justo delante del grupo de amigos que paseábamos la ciudad. Se agachó a recoger algo que se le había caído y sus pantalones de cintura baja se tensaron dejando patente aquella pieza de ropa interior y un supuesto de humores y gestos, de poses y estados, de palidez y rubor. Me quedé boquiabierto ante la potencia de lo icónico, tan turbado y tan perplejo que hubieron de llamarme la atención mis colegas… Hilo, gasa, axilas, hombros, madeja, hule, ciclamen, calma, volumen, lóbulo, vello, limpio, piel, blanco, lúgubre, palidez, sola, beldad, silencio…
Estoy seguro de que los vapores de la cola caliente de encuadernar tiene cierto poder alucinógeno.
De Tontopoemas ©...

Comentarios

  1. Como no voy a estar enganchada a este ratito, si es que me haces sonreir, es imposible que puedas tener "depre", que algunas veces lo parece, tu no, tienes recursos para todo.

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