La noche fue de Valpurgis cachondo, con la grata compañía inesperada de mi amigote José Servando Sánchez y las esperadas de Gerardo, Josema, Ricardo y Jacinto… Truchas jacintas molonas del Tormes y del día, huevos fritos de granja con patatitas y pimentón, vinillo, postre compartido, risas, charleta y partidita bruja hasta las tantas y a dormir con un día más gastado.
Y por la mañana a las labores premysas con su asamblea general [la cuarta] de asentimiento y brindis, con la expectante novedad [de tono bajo] de conocer a los nuevos dirigentes [cantados, por otra parte]: Antoñito Caldera, Enrique Sánchez Guijo y Ángel de Prado [a ver qué cojones se inventa ahora la COPE para seguir jodiendo… y a ver qué escupe Lanzamierdas, que escupirá de seguro].
Entre las novedades, cuatro nuevos talleres de empleo con diversidad y extensión en el territorio, proyectos a centenares y un solventable déficit económico, personal de tropa algo nervioso [hace falta alguien que ponga relax y estipule buen rollo por orden gubernativa en las cosas menores y de diario, ya que el buen rollo lleva a mejores resultados y a una sana tranquilidad en el curro].
En fin… que sonrisas Denticlor, continuidad lógica (?) de gestión, imagen trabada hacia fuera, felicitaciones, todos buenos, J. M. Martín Patino asegurando que “dar cultura abre puertas a que la gente se marche a las ciudades” [imagino que tal afirmación venía con el peso de pensar en cómo ofrecer esa cultura para que suponga el efecto contratrio], don Francisco resalao de la muerte y pletórico con no sé qué denuncia admitida a trámite, Manolo Bruno brillante con su cultura histórica, de Prado magistral haciendo el contrapunto y Santi descansando de la tensión absurda que arruga su trabajo… y mientras, sin dejarme fumar.
(22:37 horas) Esta tarde me visitó Antonio G. Turrión para charlar un ratito [costumbre semanal que le agradezco en grado sumo] y enseguida enmarcó el tema alrededor del cambio climático, esa moda mediática que tiene acojonado a medio planeta y semipreocupado al otro medio.
Me dio en el justo centro, pues el tema en cuestión es de mis favoritos, sobre lo que más he leído en los últimos años y, además, con el concreto interés de hacerme con un criterio sólido.
Mi conclusión al día de hoy es tan simple como que se trata de una materia en estudio en la que apenas hay certezas, sobre todo si, planteándolo como problema humano, determinamos su valor por comparación con otros grandes problemas de nuestra especie.
Después de leer a tipos tan interesantes como Manuel Vázquez Abeledo o Manuel Toharia, me afirmo [todo es subjetivo, por supuesto] en mi idea de que tal movimiento mediático es importante en lo referido a la posible preocupación que el hombre del ‘primer mundo’ debe sentir por sí mismo [ese jodido y complicado antropocentrismo]; pero si hacemos un repaso a la vida en la Tierra, comprenderemos enseguida que sólo nadamos en el charco de la anécdota como especie, y que nuestras preocupaciones particulares son una antinatural defensa contra la natural selección. Sí, el hombre es una jodida anécdota ante el devenir de la Naturaleza y no puede nada contra ella, pues apenas sabe controlar esas pequeñas catástrofes previstas que destruyen en un minuto lo que el hombre ha conseguido en siglos.
Tan preocupantes y más que ese supuesto cambio climático de origen humano sería el calentamiento o el enfriamiento leve del Sol, la caída azarosa de algún gran meteorito, los imprevistos e inexorables movimientos de las placas tectónicas con sus tsunamis, terremotos y volcanes… circunstancias, entre otras incontables, que superan sin paliativos la capacidad de defensa humana.
Me produce una risa triste que el hombre del primer mundo, rechoncho y acomodado en sus lujos, se preocupe de la forma en que lo hace por una posibilidad remota de sufrimiento cuando tiene en su mano como posibilidad tangible el solucionar vivísimos y flagrantes problemas que afectan cada minuto a millones de hermanos de especie, problemas como el hambre, la sed, el sufrimiento por enfermedades de erradicación demostrada en Occidente… en resumen, la preocupación por una dignidad humanista global.
Que le den bien por el culo al cambio climático de los cojones mientras exista un niño que muere por falta de alimento, por falta de agua clorada o por falta de medicamentos que el primer mundo se niega a globalizar por puro interés crematístico y de poder.
Desde que el mundo es habitable [por cualquier especie], la capacidad cíclica de regeneración de la biosfera ha caminado con absoluta puntualidad, tomando la decisión [eso sí] de prescindir de las especies que no saben adaptarse a su proceso regenerativo.
Dejo un par de respuestas de los divulgadores científicos antes mencionados que quizás sumen algún dato más a esa opinión [formada o deformada] que nos ha metido por el culo como un supositorio la sociedad de la información del, repito, ‘primer mundo’ [si los grandes periódicos y revistas estuvieran sometidos a la selección y al filtro de hombres de Somalia, Congo, Indostán o Chiapas, seguro que las noticias del cambio climático serían consideradas como no publicables por especulativas y por no merecer la importancia suficiente por comparación con los problemas diarios y tristemente reales de sus zonas territoriales.
De Manuel Toharia dejo un par de respuestas de una interesante entrevista publicada en el suplemento ‘El Cultural’ de ‘El Mundo’:
“– ¿Cómo visualiza el planeta en unos 50 años?”
“– Seguirá dando vueltas alrededor del sol sin preocuparse de nada. Los países ricos seguirán siendo ricos y los pobres seguirán pobres. Eso, no te engañes, es lo que va a seguir ocurriendo. Los que vamos a tener problemas somos nosotros, algunos humanos. Ni siquiera los ricos tenemos solución para casi todo. Seguiremos siendo ricos e insolidarios. Ese es el problema básico del mundo. A los pobres de ahora no les hables de que en 50 años van a estar muy mal, si ya están muy mal, si ya se mueren de hambre. El problema de estar muy mal en el futuro nos preocupa a los que tenemos demasiadas cosas, que somos unos irritantes ricos que nos morimos por exceso de colesterol y no por hambre, como ellos. Esto es lo ridículo. El problema básico no es el cambio climático, sino el que hay una enorme desigualdad en la Tierra entre países ricos y pobres y hay 1.500 millones de humanos muriéndose literalmente de hambre y de sed. Y yo esto lo veo igual en 50 años. La amenaza principal no es el futuro, la amenaza principal está ya aquí con nosotros hoy.”.
“– ¿Hay motivo de alarma ante fenómenos como la sequía o el deshielo polar?”
“– M.T. En España, climatológicamente hablando, no hay sequía, diga lo que diga el Ministerio de Medio Ambiente. Es cierto que el año pasado fue sequísimo, de los más; pero los años anteriores fueron bastante más lluviosos de lo normal. Y este año se inició con un otoño muy lluvioso (muchísimo) en toda España excepto el extremo oriental y suroriental, y luego ha seguido con dos meses secos. Veremos qué pasa en lo que queda de invierno y en primavera... En todo caso, climatológicamente hablando el promedio es que en los últimos decenios en España ha llovido más o menos lo de siempre, o quizá un poco más. Otra cosa es que ahora gastemos –y malgastemos– muchísima más agua que antes. Y que nos falte agua, haya o no sequía. Para tener tanta agua como la que gastamos (sobre todo en agricultura, y no siempre razonablemente) necesitaríamos que lloviese todo los años más del doble de lo que llueve en promedio. Y eso no es razonable. En cuanto al deshielo polar, en la época en que los vikingos descubrieron y colonizaron Groenlandia la llamaron Tierra Verde; no debía haber hielo en el polo norte en verano. En cuanto a la Antártida, disminuye el hielo flotante de los bordes, pero aumenta el del interior.”.
Y de Manuel Vázquez Abeledo:
“La historia de la Tierra está llena de cambios en el clima caracterizados por diferentes amplitudes, períodos de variación y causas. La asociación de variaciones en la concentración de gases invernadero y cambios climáticos ha sido una constante de dicha historia. El calentamiento actual tiene su principal raíz en la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera procedente de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). Este proceso tiene lugar a tal ritmo que la absorción de este gas por las plantas y los océanos no puede proceder con la misma rapidez y por lo tanto la concentración del CO2 en la atmósfera aumenta y con ello la temperatura. En unos pocos años se está devolviendo a la atmósfera el carbono que tardó muchos millones de años en acumularse en los sedimentos terrestres. El ciclo climático será severo para nuestra civilización y muchas especies biológicas, pero nada definitivo para el planeta ni su biosfera global. En unos cuantos centenares de años la Tierra retomará el equilibrio.”.
En fin, que el tema es para pensar, informarse con criterio valorativo y comparativo y formarse una opinión tranquila y, sobre todo, ‘decente’.
¡Jodida prensa!
Y por la mañana a las labores premysas con su asamblea general [la cuarta] de asentimiento y brindis, con la expectante novedad [de tono bajo] de conocer a los nuevos dirigentes [cantados, por otra parte]: Antoñito Caldera, Enrique Sánchez Guijo y Ángel de Prado [a ver qué cojones se inventa ahora la COPE para seguir jodiendo… y a ver qué escupe Lanzamierdas, que escupirá de seguro].
Entre las novedades, cuatro nuevos talleres de empleo con diversidad y extensión en el territorio, proyectos a centenares y un solventable déficit económico, personal de tropa algo nervioso [hace falta alguien que ponga relax y estipule buen rollo por orden gubernativa en las cosas menores y de diario, ya que el buen rollo lleva a mejores resultados y a una sana tranquilidad en el curro].
En fin… que sonrisas Denticlor, continuidad lógica (?) de gestión, imagen trabada hacia fuera, felicitaciones, todos buenos, J. M. Martín Patino asegurando que “dar cultura abre puertas a que la gente se marche a las ciudades” [imagino que tal afirmación venía con el peso de pensar en cómo ofrecer esa cultura para que suponga el efecto contratrio], don Francisco resalao de la muerte y pletórico con no sé qué denuncia admitida a trámite, Manolo Bruno brillante con su cultura histórica, de Prado magistral haciendo el contrapunto y Santi descansando de la tensión absurda que arruga su trabajo… y mientras, sin dejarme fumar.
(22:37 horas) Esta tarde me visitó Antonio G. Turrión para charlar un ratito [costumbre semanal que le agradezco en grado sumo] y enseguida enmarcó el tema alrededor del cambio climático, esa moda mediática que tiene acojonado a medio planeta y semipreocupado al otro medio.
Me dio en el justo centro, pues el tema en cuestión es de mis favoritos, sobre lo que más he leído en los últimos años y, además, con el concreto interés de hacerme con un criterio sólido.
Mi conclusión al día de hoy es tan simple como que se trata de una materia en estudio en la que apenas hay certezas, sobre todo si, planteándolo como problema humano, determinamos su valor por comparación con otros grandes problemas de nuestra especie.
Después de leer a tipos tan interesantes como Manuel Vázquez Abeledo o Manuel Toharia, me afirmo [todo es subjetivo, por supuesto] en mi idea de que tal movimiento mediático es importante en lo referido a la posible preocupación que el hombre del ‘primer mundo’ debe sentir por sí mismo [ese jodido y complicado antropocentrismo]; pero si hacemos un repaso a la vida en la Tierra, comprenderemos enseguida que sólo nadamos en el charco de la anécdota como especie, y que nuestras preocupaciones particulares son una antinatural defensa contra la natural selección. Sí, el hombre es una jodida anécdota ante el devenir de la Naturaleza y no puede nada contra ella, pues apenas sabe controlar esas pequeñas catástrofes previstas que destruyen en un minuto lo que el hombre ha conseguido en siglos.
Tan preocupantes y más que ese supuesto cambio climático de origen humano sería el calentamiento o el enfriamiento leve del Sol, la caída azarosa de algún gran meteorito, los imprevistos e inexorables movimientos de las placas tectónicas con sus tsunamis, terremotos y volcanes… circunstancias, entre otras incontables, que superan sin paliativos la capacidad de defensa humana.
Me produce una risa triste que el hombre del primer mundo, rechoncho y acomodado en sus lujos, se preocupe de la forma en que lo hace por una posibilidad remota de sufrimiento cuando tiene en su mano como posibilidad tangible el solucionar vivísimos y flagrantes problemas que afectan cada minuto a millones de hermanos de especie, problemas como el hambre, la sed, el sufrimiento por enfermedades de erradicación demostrada en Occidente… en resumen, la preocupación por una dignidad humanista global.
Que le den bien por el culo al cambio climático de los cojones mientras exista un niño que muere por falta de alimento, por falta de agua clorada o por falta de medicamentos que el primer mundo se niega a globalizar por puro interés crematístico y de poder.
Desde que el mundo es habitable [por cualquier especie], la capacidad cíclica de regeneración de la biosfera ha caminado con absoluta puntualidad, tomando la decisión [eso sí] de prescindir de las especies que no saben adaptarse a su proceso regenerativo.
Dejo un par de respuestas de los divulgadores científicos antes mencionados que quizás sumen algún dato más a esa opinión [formada o deformada] que nos ha metido por el culo como un supositorio la sociedad de la información del, repito, ‘primer mundo’ [si los grandes periódicos y revistas estuvieran sometidos a la selección y al filtro de hombres de Somalia, Congo, Indostán o Chiapas, seguro que las noticias del cambio climático serían consideradas como no publicables por especulativas y por no merecer la importancia suficiente por comparación con los problemas diarios y tristemente reales de sus zonas territoriales.
De Manuel Toharia dejo un par de respuestas de una interesante entrevista publicada en el suplemento ‘El Cultural’ de ‘El Mundo’:
“– ¿Cómo visualiza el planeta en unos 50 años?”
“– Seguirá dando vueltas alrededor del sol sin preocuparse de nada. Los países ricos seguirán siendo ricos y los pobres seguirán pobres. Eso, no te engañes, es lo que va a seguir ocurriendo. Los que vamos a tener problemas somos nosotros, algunos humanos. Ni siquiera los ricos tenemos solución para casi todo. Seguiremos siendo ricos e insolidarios. Ese es el problema básico del mundo. A los pobres de ahora no les hables de que en 50 años van a estar muy mal, si ya están muy mal, si ya se mueren de hambre. El problema de estar muy mal en el futuro nos preocupa a los que tenemos demasiadas cosas, que somos unos irritantes ricos que nos morimos por exceso de colesterol y no por hambre, como ellos. Esto es lo ridículo. El problema básico no es el cambio climático, sino el que hay una enorme desigualdad en la Tierra entre países ricos y pobres y hay 1.500 millones de humanos muriéndose literalmente de hambre y de sed. Y yo esto lo veo igual en 50 años. La amenaza principal no es el futuro, la amenaza principal está ya aquí con nosotros hoy.”.
“– ¿Hay motivo de alarma ante fenómenos como la sequía o el deshielo polar?”
“– M.T. En España, climatológicamente hablando, no hay sequía, diga lo que diga el Ministerio de Medio Ambiente. Es cierto que el año pasado fue sequísimo, de los más; pero los años anteriores fueron bastante más lluviosos de lo normal. Y este año se inició con un otoño muy lluvioso (muchísimo) en toda España excepto el extremo oriental y suroriental, y luego ha seguido con dos meses secos. Veremos qué pasa en lo que queda de invierno y en primavera... En todo caso, climatológicamente hablando el promedio es que en los últimos decenios en España ha llovido más o menos lo de siempre, o quizá un poco más. Otra cosa es que ahora gastemos –y malgastemos– muchísima más agua que antes. Y que nos falte agua, haya o no sequía. Para tener tanta agua como la que gastamos (sobre todo en agricultura, y no siempre razonablemente) necesitaríamos que lloviese todo los años más del doble de lo que llueve en promedio. Y eso no es razonable. En cuanto al deshielo polar, en la época en que los vikingos descubrieron y colonizaron Groenlandia la llamaron Tierra Verde; no debía haber hielo en el polo norte en verano. En cuanto a la Antártida, disminuye el hielo flotante de los bordes, pero aumenta el del interior.”.
Y de Manuel Vázquez Abeledo:
“La historia de la Tierra está llena de cambios en el clima caracterizados por diferentes amplitudes, períodos de variación y causas. La asociación de variaciones en la concentración de gases invernadero y cambios climáticos ha sido una constante de dicha historia. El calentamiento actual tiene su principal raíz en la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera procedente de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). Este proceso tiene lugar a tal ritmo que la absorción de este gas por las plantas y los océanos no puede proceder con la misma rapidez y por lo tanto la concentración del CO2 en la atmósfera aumenta y con ello la temperatura. En unos pocos años se está devolviendo a la atmósfera el carbono que tardó muchos millones de años en acumularse en los sedimentos terrestres. El ciclo climático será severo para nuestra civilización y muchas especies biológicas, pero nada definitivo para el planeta ni su biosfera global. En unos cuantos centenares de años la Tierra retomará el equilibrio.”.
En fin, que el tema es para pensar, informarse con criterio valorativo y comparativo y formarse una opinión tranquila y, sobre todo, ‘decente’.
¡Jodida prensa!
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Felipe: ¿cuáles son los últimos libros que has publicado (como editor)?
ResponderEliminarUn beso,
Diego
Dieguete, lo último son dos diarios:
ResponderEliminar"Reencuentros", de José Luis Morante.
"Navajo Bridge", de Juanjo Barral
Ambos están el la nueva colección "La viuda alegre".
Recuerdos a la family, grandón.