Ir al contenido principal

Dejar que la experiencia fluya...

Hoy se expresó Albertito con un poco más de antojo, y yo echo de menos sus imágenes [tío, ¿no podrías pedirle a Rafa Pérez que te pase alguna de las suyas para acompañar a mis entradas del blog?, por lo menos hasta que tengas cámara nueva].
Adjunto mail de hoy:

“Hoy he dormido cuatro horitas. Yo necesito dormir al menos siete u ocho… antes eran diez o doce para estar bien. De forma incomprensible el cuerpo aguanta.
A pesar de las macroinstalaciones que están montando y del pedazo de fábrica de cerámica en la que estamos, disponemos de escasos medios para trabajar, y menos aún si comparo con los que yo estoy habituado a hacerlo. Disponemos de 4 cuatro pastas y de un laboratorio que no está mal, pero el "maestro" no nos deja tocarlo. Aunque es amable y se esfuerza, trasladar al chino o pedir mediante interprete es difícil, además somos muchos y solo el maestro de laboratorio puede utilizar esas instalaciones. Ayer pedí un color, ya veremos qué me dan. De momento estoy haciendo un mural de espirales de 2 metros con la intención de dejar la pasta desnuda. Me gustaría que fuese blanco mío y negro profundo, pero me tendre que conformar con lo que salga. De todos modos no me importa demasiado trabajar en estas condiciones, pues has de dejar que la experiencia fluya y no empecinarte en resultados a priori.
Me gustaría mandarte fotos de la fábrica para que sacases tú las conclusiones, pero la Minolta no quiere (me gusta esa cámara). Estoy gestionado la compra de una mediante el fotogrfo que está haciendo el reportaje. Las réflex imposible, me pide el triple que allí. Además, como aún no he viajado, no me fío. Hoy me traerá una batería nueva (cara), aunque la mía va perfectamente, algo hay que intentar. También me dará precios de compactas, pero, por lo que me dijo ayer, no sé yo. Me acuerdo ahora mucho de mi Coolpix, que me olvidé en Béjar, cachendiez.
Un abrazo, y no abuses de narrar mis cosas, que a tus blogueros habituales los tienes abandonados.”.

CRÓNICA VIJARRENSE PARA A.H.

Me hace gracia que los chinos te hagan trabajar, Alberto. Ten cuidado con tus técnicas y tus mezclas, que esos tipos son capaces de industrializarlas en el todo a cien, y asegúrate de dejarles uno de esos caprichos en tu blanco de humo, que es lo mejor de lo mejor [van a flipar].
El día aquí ha sido anodino y cabroncete. Temperatura promediada [por la mañana fresquito y por la tarde calorzote], pero me dio el perrén de tanto curro estresante y me salí a comprar un pantalón y un par de camisas hasta Claros, que queda cerquita y no me gusta andar [la compra la justifico porque la semana pasada me dejé salpicar de lejía mientras limpiaba la imprenta y destrocé mi ropa nueva… un Adán, que diría mi madre].
De novedoso, que le hice el discurso de apertura de fiestas a un alcalde de la comarca y me recriminó porque, según su criterio, no sé poner las comas [no es tonto el tipo, pero ya le dije que por lo menos tengo los arrestos de escribir sus discursos sin sonrojo]… negro de nuevo, hermano, como hace años… pero esta vez para tipos mucho más mediocres –si él supiera.
Lo único poético de hoy fue que vi caer algunas hojas secas de los plátanos de la placita de al lado por los efectos de un vientecillo enreda y que, sin querer, por supuesto, tuve la gracia de ver unos pechos blanquísimos por el escote de una chica que se agachó en la calle a recoger unas monedas que se le habían caído. Tú ya sabes que yo sobrevivo con estas pequeñas alegrías, que las tomo con mis ojos [prefiero Nikon, te lo he dicho siempre] y luego las intento procesar con palabras y, si tengo suerte, aderezarlas en algún verso [hoy no ha sido el caso, aunque guardo mi sentimiento y la respuesta mental a esos sucesos leves para lo que pueda venir].
Bueno, tío, que hoy no tengo ya tiempo ni ganas, aunque antes te pediría que me contases algún sentimiento perceptivo del paisaje y de la gente de allí… sabes que eso me interesa mucho: tú y el ardor que te llega de afuera.
Hasta mañana.

Comentarios

  1. Gracias Luís Felipe por tu crónica del viaje de Alberto a tierras chinas.
    Soy un colega y amigo de Alberto y Rafa Pérez desde hace años. Gracias a él soy asiduo a tu blog, hay que descubrirse ante esa manera que tienes de escribir y comunicar.
    Es la primera vez que me decido a comentar en este espacio pero Alberto es mucho Alberto, aunque seamos pocos los que lo sabemos.
    Hace un mes me comentaba en Muel la semi-angustia que le producía alejarse tantos días de los suyos, ahora a través de tiguro que se siente mucho mas cerca de Béjar.
    Un abrazo exensible hasta Fuping desde Zaragoza.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Fernando.
    Un fuerte abrazo. Alberto ó Halarberito, como nos llaman aquí a los Albertos.

    ResponderEliminar
  3. Que trabajes de NEGRO bien si es por la pasta (que le vamos a hacer...)pero para los politicos NO eso lo ultimo.
    Salud.

    ResponderEliminar
  4. No trabajo de negro, bueno a veces utilizo camisetas de ese color. y para los políticos es de sobra sabido que jamás lo he hecho.
    Alberto H

    ResponderEliminar
  5. Ah, se me olvidaba. Por estar aquí no cobro absolutamente nada.Me pagan la estancia y me regalan la experiencia.
    A.H.

    ResponderEliminar
  6. Albertito, que has leído mal, coño. El que ha trabajado de negro algunas veces he sido yo... y la última vez que lo he hecho, hace tres días, ha sido para un político de pueblo.

    Siento el mal rato.

    ResponderEliminar
  7. la jodimos. que bien sulo estar calladito.
    A.H.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj