Tomé mi café vespertino gracias a la generosidad del eléctrico Zulfikar Sikandar –que me invitó amablemente… gracias–, junto al silenciosísimo Fadel tramado en un pantalón faldonero y con un guante negro de chaufer en su mano izquierda, y la bella Ana recién despertadita. No estuvo mal.
Luego se me enredó la mañana con trabajos extras y urgentes traídos por la municipalidad colega, con la vorágine de la compra del mes y con algunos restos del naufragio semanal acostando en mi aturdida cocotera. Mañana completita, pues, y casi sin poder dedicarme a enredar en mi mundo.
La calle anda ya tomada por la gente, y yo procuro encerrarme un poquitín.
•••
Después de mear en mi esquina –en la que siempre tomo el cafetín postmanduca–, como dice un bejarano rijoso y con ganas de ser egregio, rebusqué entre mis papeles viejos y encontré una carpetona con un montón de intentos de poemas visuales, y recuperé algunos para dejarlos en el blog.
Luego, entré sin más en mi mundo estupendo, y hasta ahora…
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Siempre fui un alumno escondido en la mediocridad. Mis maestros conseguían de mí muy poquito, y casi siempre lo hacían amparados en el temor que les tenía. Pasaba los cursos con lo justo y apenas quedaba en mí otro poso que no fuera el de lo memorizado a machamartillo. Ello me ha traído a estos días en los que siento la necesidad solitaria de formarme constantemente, me ha hecho un solitario que busca por su cuenta la voz en otras voces.
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Sé que cuando escribo lo que a mí me gusta hay lectores que pasan a considerarme fruto de un ‘teatro’ y esclavo de una expresión, y se quejan, y me piden que regrese a las divertidas descripciones de mi ambiente y de las observaciones que hago, pero no se dan cuenta de que el verdadero teatro está en esa fácil prosa descriptiva y no en el retorcimiento de mí mismo, un retorcimiento en el que la verdad empuja y la realidad más fiera emana poquito a poco.
Cada día me gusta menos ser divertido en la escritura… prefiero divertirme con ella.
Luego se me enredó la mañana con trabajos extras y urgentes traídos por la municipalidad colega, con la vorágine de la compra del mes y con algunos restos del naufragio semanal acostando en mi aturdida cocotera. Mañana completita, pues, y casi sin poder dedicarme a enredar en mi mundo.
La calle anda ya tomada por la gente, y yo procuro encerrarme un poquitín.
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Después de mear en mi esquina –en la que siempre tomo el cafetín postmanduca–, como dice un bejarano rijoso y con ganas de ser egregio, rebusqué entre mis papeles viejos y encontré una carpetona con un montón de intentos de poemas visuales, y recuperé algunos para dejarlos en el blog.
Luego, entré sin más en mi mundo estupendo, y hasta ahora…
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Siempre fui un alumno escondido en la mediocridad. Mis maestros conseguían de mí muy poquito, y casi siempre lo hacían amparados en el temor que les tenía. Pasaba los cursos con lo justo y apenas quedaba en mí otro poso que no fuera el de lo memorizado a machamartillo. Ello me ha traído a estos días en los que siento la necesidad solitaria de formarme constantemente, me ha hecho un solitario que busca por su cuenta la voz en otras voces.
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Sé que cuando escribo lo que a mí me gusta hay lectores que pasan a considerarme fruto de un ‘teatro’ y esclavo de una expresión, y se quejan, y me piden que regrese a las divertidas descripciones de mi ambiente y de las observaciones que hago, pero no se dan cuenta de que el verdadero teatro está en esa fácil prosa descriptiva y no en el retorcimiento de mí mismo, un retorcimiento en el que la verdad empuja y la realidad más fiera emana poquito a poco.
Cada día me gusta menos ser divertido en la escritura… prefiero divertirme con ella.
Luis Felipe, si te apetece, pásate por http://revistahache.blogspot.com y dinos cómo ponernos en contacto contigo ¿vale?
ResponderEliminarAbrazos.
H.
P.D. Puedes darte también una vuelta por el blog de 'Línea de fuego', ver el último post y ya me dices.
de que sirve que la realidad más fiera emane poquito a poco, si no eres capaz de soportarla.
ResponderEliminarMe han encantado tus poemas visuales. Es una delicia denetenerse en tu blog y que se pare el tiempo leyendo, reflexionando y dándole un capricho los sentidos.
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