En marzo del 99 me quedé huérfano de ese padre poético que fue Jaime Sabines. Hoy me duele, y bastante, este silencio nuevo que lleva el eco sordo de Mario Benedetti.
De poeta a poeta, han pasado 10 años.
Ginsberg también murió... y Ángel González.
¿No le pesa a la muerte tanto daño?
Don Mario se va y "nos deja naufragando en esta nada inmensa"...
ResponderEliminar"Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
Y es una soledad
tan desolada."
Benedetti.
BESOS
A la muerte no se le dio nunca bien eso de pensar.
ResponderEliminarBesazos, chiquitín