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Juro que los langostinos agreden hasta remuertos.

Foto de hoy en el Palacio Ducal.

Me tocó hacer parte de la cena de Nochevieja y me he dejado las manos pelando langostinos [me escuecen los papillos de los dedos como si tuvieran vida propia]. Mi parte consistió en cocinar unas gambas al ajillo con cayena y un coctel de mariscos con salsa rosa para once personas, en el que confieso que se me fue la mano con la salsa rosa [aunque se lo comieron todo... menos mi Gui, que es un tipo inteligente]... y de ahí mi noche de Valpurgis [no sé si la de los demás] llena de vueltas en la cama, pesadillas, despertares con sobresalto y un vómito final que me tiene con la boca reseca y el cuerpo fláccido [debo reconocer que también me puse fino a ensalada de frutas, mousse de limón, uvas -jodidas uvas-, turrón y bebedizos varios]. El resumen es que comienzo el año con un concierto estomacal ciertamente interesante, con las manos de purito ecce homo y con el cuerpo como apaleadito y con una tisana reciente y calentita intentando arreglar lo que no tiene arreglo con tisanas.
A las nueve ya andaba entre de pie y pujando, así que me tiré a la calle nada más que pillé algo de equilibrio y me fui a gozar de un ratito de niebla espesa que entraba lentamente en la ciudad desde el Sur. Parece que me calmó algo el paseo y me encerré en mi estudio para volver a dibujar [que le estoy haciendo un cuadro al noviete de mi hija para cambiárselo por una alfombrilla de ratón ‘friki’ y japonesa que le han regalado unos nipones por Navidad].
Cuando me cansé del dibujete, le eché un ratillo a la lectura de Ángel González [que me pareció buena idea volver al maestro para comenzar el año con algún dedo del pie bueno]... y que me dieron ganitas de meterme en el lío de hacer algún poema, y que estoy en ello con buenas vibraciones [ya mostraré lo que haga si consigo rematar].

Comentarios

  1. Con lo bien que se levanta uno después de haber comido la mitad. Hay algo que nos hace comer el doble, como si tuviéramos hambre. Qué buena idea empezar el año con Ángel González.
    Un abrazo y mejor año que el que termina, aunque difícil será, que no tenemos mundiales que ganar.

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  2. Yo tampoco comienzo bien el año con un resfriado congestión total,pero pienso que comenzar tan mal es positivo porque no queda más remedio que ir a mejor ¿nooooooo? ( el que no se consuela es porque no quiere).

    Lo que peor llevo es no poder asistir a la velada musical que me tenía prometida de Diego Fernandez Magdaleno, y a la lectura poetica de Miguel Hernández,¡disfruta por mi!.

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