Corrige la mirada en el sextante de los ojos, pon rumbo a alguna parte como un náufrago, desata las medidas estelares y deja que las horas te constelen, bebe un sorbo pequeño de té verde, maréate al vaivén del oleaje, vomita lo que sea por la borda, arrópate despacio con la manta, mira el retrato azul del camarote y busca en la bitácora el cuaderno de las islas perdidas... sopesa las constantes que precisas, la meteorología que te aguarda, el viento que sin duda soplará, los nudos necesarios para el tránsito... busca bahías cercanas por si los temporales azotasen, mide todo en los mapas que no tienes... y no dudes si sientes el ardor de levar ancla... y se consciente de que Ithaca se llega siempre un día más tarde de mañana.
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
Precioso. Es lo hago todos los días, desde mi asiento, pero bien explicado...
ResponderEliminar