10 de abril de 2009
Ayer, alguien muy querido me decía que no hago más que refunfuñar y protestar por todo, que nada me parece bien y que cada día tengo algo de lo que quejarme... bien, bien, es verdad, lo siento... los viejitos tenemos estas tonterías de carácter y tiene que haber alguien que nos las diga de vez en cuando para milimetrar mejor los días y buscarles las risas y los juegos que contienen...
Hoy, cuando el poli coleguilla andaba poniendo los carteles de prohibido aparcar por procesión, estaba nevando. Aparqué y me avisó de la hora de prohibición para que quitase el coche un ratito antes de esa hora. Yo le dije que sí, que no se preocupara, que lo quitaría [aunque la realidad es que me tocaba un poquito los cojones tener que cambiar el coche de aparcamiento a las 16:00 horas, y más como está estos días el tema de clavar el coche en un hueco, pero lo pensé mejor y sonreí –ves, coleguilla, como sigo tus consejos de no refunfuñar–]... luego vino a verme Antoñito y nos abrazamos fuerte, que me emocioné un montón y no sabía qué hacer ni qué decirle, pero el trago pasó y le invité a echarme una manilla con las revistas “MEME”, imprimimos, alzamos, rapizamos, pegamos las pegatinas en los sobres y metimos dentro el contenido gráfico... para esa hora ya andábamos los dos más relajadillos [no hay como el trabajo físico, el tener la mente entretenida en algo, para encontrar calmita rica] y Antonio me invitó a una Coke en PdT [que anda rarito ahora, sin su gente hermosa de antes y como con un nosequé que hace que no me sienta bien del todo mientras tomo mis cafeses, pero no importa, que sonreí y tomé mi Coke con tapita mientras charlaba con Antonio –ves, coleguilla, sigo siguiendo tus consejos de no refunfuñar–]. Y mi Antoñito se puso otra vez pirulete, que está muy sensible, y me habló de su madre mientras yo intentaba animarle con palabras que no me gusta dar, porque no vienen de la experiencia, pero eran necesarias... y que el camarero de turno en barra me pidió unos plastiquitos para tapar el teclado del ordenador PdT y que me puse a buscarlos [sigo sin malos rollos, ¿ves?]... y que dibujé de largo árboles pez y árboles pajarito y manché el papel al arrastrar mi mano –que antes había tocado el cabello y se mojó –que venía de la calle con una buena granizada encima– y se medio jodió todo el dibujo, pero emborroné y repinté sobre las manchas mientras sonreía [¿ves, ves...?]... y que no pude aparcar antes de recoger a mi hija para llevarla hasta el bus, pro no pasó nada y hasta saludé a un par de tipos de Madrid que no conocía de nada [¿ves más?]... en fin, que fui feliz en este día de Semana Santa lleno de merenguitos, sin aparcamiento, con lluvia, nieve y granizo; sin poder tomar mi café como me gusta –pero tomándolo–, despidiendo a mi hija –que tiene que trabajar en festivo porque tiene un contrato basura por el que le pagan una mierda y la utilizan como a una esclavita–... y esas cosas de la felicidad completa.
Jajajajajajajaja... y ahora no paro de reír, coño, porque se me ha acabado el tabaco y en la maquinita no queda Chester... ¡Ay!
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