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Y Nemo desconcertado...




Y Nemo desconcertado (que nemo en latín es nadie), jugando con las runas del casinada a hacer y deshacer o simplemente a dividirse en su biblioteca caterpillar mientras escucha el tránsito de los viandantes con sus preguntas cuánticas y sus comentarios posmodernos... ‘¿tiene uno que no sé cómo se titula, pero una mujer se muere y luego se reencarna en el cuerpo de su marido?’... ‘¿de cocina oriental hay algo en inglés?’... ‘¿me puede buscar alguna novela de que la mujer mata al marido porque la pega?’... ‘¿me puede buscar un Quijote, pero no el que escribió Cervantes... mejor de Lope de Vega o de otro parecido, porque el de Cervantes ya lo tengo?’... ‘quería un libro con letra grande, cualquiera me vale, es que me operaron de cataratas y ahora no acabo de leer bien... la operación fue estupenda, aunque tuve una lista de espera de varios meses... son unos genios ahora los médicos, enseguida sales del hospital y vas a tu casa... no me dolió nada, eh, pero nada... imagino que tus padres están bien... sí, de letra grande’... y Nemo piensa en que todo eso tiene que procesarlo y dar las respuestas adecuadas por un euro... ‘no, pero tengo éste de cómo adelgazar dos kilos en cuarenta días’... ‘no, pero en esta edición del Decamerón en alemán seguro que se habla algo de cocina’... ‘ahora no me consta que tengamos el que usted busca, pero quizás le sirva este ejemplar sobre la pesca fácil’... ‘lo mismo hay suerte, que esta semana han entrado como doce quijotes de diversos autores’... ‘mis padres, bien, gracias’...
Y Nemo desconcertado, desconcentrado, destartalado, desabrigado, desmotivado, descolocado... como la goma arábiga o el pan de molde fuera de la bolsa... mirando al cielo con minúsculas para buscar a un dios jamelgo y poder preguntarle... ‘¿por qué a mí, coño?’... y de pronto el sereno de la tarde, la loca queriendo orinar sobre los libros, el listo que te recita de memoria cuatro títulos de Borges y no compra nada, la señora que busca ‘Mujercitas’, el desinhibido que amenaza para que le den unas monedas, un par de púgiles de bar calmados, el niño que todo lo manosea mientras sus jodidos padres caminan a su puta bola, la muertecita de mañana que mira desde lo alto de su bastón como despidiéndose... y de pronto el cura gritando... ‘¡Nemoooo... Nemo... Nemooooo!’... y Nemo mira hacia el lugar de la voz... ‘¡correeee, correeee, que este señor tiene una hemorragia tremenda y hay que llevarlo al hospital... correee!’... y Nemo corre ya con las llaves de la furgoneta en la mano... ‘¡coñooo, amigooo, monte, monte enseguida, que le llevo... vaya escándalo de hemorragia!’... y al hospital... y el tipo con un pañuelo enorme en la mano absolutamente teñido de rojo, con toda la cara ensangrentada y cuajarones semisecos en la camisa... ‘tranquilo , que llegamos en dos minutos’... pero Nemo acojonadito mientras se mancha el asiento y salen como cinco personas del hospital a recibir la urgencia... ‘demasiado para el cuaderno de bitácora de esta nave’, se dice Nemo, que nunca fue de sangre, y me nos de tanta sangre... coño, un rozón en la rodilla ya vale... y la soltera de siempre que alguna vez fue la Grandisca (aún le lanzaron piropos unos septuagenarios de buen ver), y el comunista católico en su silla... ‘yo le regalé un reloj al cura por sus bodas de plata... pero de eso hace años’... y tres tontos de misa... y el camarero de naranja cruzando la calle para servir mesas (sortea los coches como un torero)...
Y Nemo desconcertado porque le jode un punto haber leído para saber con conocimiento de causa qué es la ruina, quién es tonto y quién se pasa de listo, quién es un plasta y quién pasea digno con su doble moral... y parece estrafalario con sus gafas frigias diademando el pelo, con su camiseta The Dude, con su cantar a ratos ‘Portobello Road’, con su insolación puesta... rojo, rojo, rojo, rojo... y muy negro, a veces demasiado negro...
Y Nemo desconcertado porque la nube gorda y blanca va hacia Sur... ‘si nunca van hacia el sur las nubes’... se dice... ‘si nunca van hacia el Sur las nubes’.

Comentarios

  1. Buenas noches, Luis Felipe Comendador:

    Vaya día de aventuras. Me has recordado mi entrada de películas .
    En cuanto a las ventas, sólo faltó que te dijeran:
    ...Lo que yo necesito es la otra mitad de este libro.
    - Se llama los hechizos de Astor.
    ...
    -Como se repetirá, paciencia. Y, te dejo música,
    ‘Los sueños’ de Astor ...Piazzolla

    Abrazos

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